La metalurgia es una industria inmensa en la que se desarrollan un sinfín de etapas en las que están implicados intercambiadores de calor a placas y, en consecuencia, las juntas para intercambiadores de calor de Laygo.
Dichas etapas van desde la producción de un metal hasta la obtención del producto final, ya sea la manija de la puerta de un coche o la lata de un refresco.
Un control correcto de la temperatura de los fluidos puede tener un enorme impacto en la rentabilidad de una planta metalúrgica. Los fluidos se utilizan en el proceso para dar forma al metal, así como para la refrigeración y lubricación de maquinaria utilizada para dar forma a materiales metálicos. Para ello, los intercambiadores de calor a placas suponen la pieza fundamental en materia ahorro para este tipo de industria.